La agricultura ecológica cuida el paisaje
Cuando viajamos en entornos más rurales, lejos de la ciudad, siempre nos gusta poder disfrutar de unos paisajes idílicos. Para conseguirlo la agricultura tiene un papel clave. Es la que nos proporciona unos geniales mosaicos en los que se mezclan montañas, bosques y evidentemente campos en los que caben todo tipo de cultivos.
Y los ideal es que se trate de unos cultivos ecológicos, en los que todo empieza por la base, es decir con el uso de fertilizantes ecologicos de primera calidad. Los abonos ecológicos facilitan una mejor biodiversidad del suelo que se traslada con una mejor calidad de las plantas y todo el cultivo en general. Pero esto no es todo, porqué con un suelo abonado con fertilizantes ecológicos y respetuosos con él, se potencia también el turismo de naturaleza, pues este puede disfrutar de una mayor diversidad en el medio ambiente. Mas allá de su contribución a un medio ambiente más sano y libre de productos tóxicos cuyas consecuencias son muy nocivas para los consumidores y también por el entorno, la agricultura ecológica aporta valor añadido a los productos. Por una parte, las cadenas de distribución convencionales ya los han añadido a su catálogo porqué son conocedores de su valor. Pero más allá de esto, los productos ecológicos son una auténtica oportunidad para mejorar el valor añadido en origen del producto y además facilitan el contacto directo con entre el consumidor y el productor.
En el caso de los productos de huerta más típicos de las zonas turísticas, no es nada extraño que los visitantes o turistas acaben consumiéndolos. Lo pueden hacer en los restaurantes de la zona consumiendo platos elaborados a partir de productos tradicionales cultivados de forma ecológica. Pero también pueden llevárselos a casa. En el caso del turismo de proximidad, puede suceder con todo tipo de productos como pueden ser frutas o verduras, pero también otros productos, en este caso ya más elaborados y que tienen una larga conservación como pueden ser el vino o el aceite. Además, estos últimos productos, los de larga conservación, también son de interés para aquellos turistas que vienen de más lejos y pueden tener más problemas para conservarlos durante el trayecto a su casa. Y se trata de productos que puede vender de forma directa el productor, sin intermediarios y con el plus de ser ecológicos y que en todo su proceso de elaboración, empezando en el minuto cero con el uso de un abono ecológico, siempre se es respetuoso con el entorno natural.