La estación de Francia: el templo ferroviario de Barcelona
La estación de Francia de Barcelona es el gran templo ferroviario de la capital catalana. La estación ferroviaria ha ido a menos, pero por su historia es un lugar de culto para todo amante de los trenes y a pesar de esto sigue siendo una de las más transitadas de la capital catalana.
Esta era la gran estación de Barcelona aunque desde hace ya muchos años, incluso décadas, ha perdido centralidad en favor de la estación de Sants (y en el futuro, si algún terminas las obras La Sagrera le va a ganar en protagonismo), que es por donde pasan todas las líneas mas importantes: aves, talgos, media y larga distancia y también casi todas las líneas de Rodalies (Cercanías). Y para más INRI la estación de Francia no tiene ni parada de metro integrada (la parada de metro más cercana se encuentra a unos 500 metros). Pero como decía el valor de la estación no es por su presente, sino por su pasado y su arquitectura única. Arquitectónicamente hablando, la estación tiene una característica cubierta metálica, estilo eiffel y es de las pocas en las que aun se puede llegar a tocar los trenes aunque no se monte en ellos. Y es que para acceder al andén no se necesita validar el billete y esto lo convierte en la estación ideal en la que tomar fotos y vídeos de los trenes que llegan y se van, aunque para ser sinceros, no son muchos: algunos Rodalies, el Euromed y pocos mas si se acierta en sus horarios.
Pero todo esto no quita espectacularidad a la estación de Francia. Cuenta con una playa de 12 vías (numeradas de la 3 a la 14) y sus respectivos andenes. También destaca que a pesar de sus dimensiones y a diferencia de la estación de Sants y de muchas otras estaciones modernas se trata de una estación con todas sus vías en superficie. Estas vías están cubiertas por una gran estructura metálica con dos arcos de 29 metros de altura y 195 de ancho.