Ruta de un día en Tarragona
Tarragona es ampliamente conocida por su pasado romano. De hecho, sus restos romanos son patrimonio mundial de la UNESCO des del año 2000. Pero la capital del Tarragonés tiene más atractivos, aunque estos sobresalgan, y os los proponemos en forma de ruta para un día completo.
- Empezamos la ruta por el barrio marítimo del Serrallo. Si venís en coche, podéis estacionar vuestro vehículo en el aparcamiento de la Tabacalera, que está a 500 metros y solo os costará 1 euro al día, y el parking es gratis el domingo. En caso de llegar en tren, la estación de tren (pero no la del AVE que está fuera de la ciudad) solo se encuentra a 10 minutos a pie de nuestro punto de inicio.
- Paseamos por el puerto hasta llegar al museo del puerto, que se aloja en un almacén de refugio construido a principios del siglo XX y expone el fondo patrimonial portuario. La entrada es gratis y es muy curioso de ver, debido a que es muy diferente a los museos a los que estamos acostumbrados. Ahora (abril 2017) se encuentra la exposición de meteorología histórica, en la que se exhiben artilugios de las expediciones científicas del siglo XIX, instrumentos de medición de los años setenta y ochenta y documentos históricos.
- Cogemos una golondrina en el Moll de Pescadors, con la que realizaremos un paseo por el puerto, pudiendo ver el interior de él, con los barcos de carbón, petróleo y de muchas otras mercancías.
- Después del paseo en barca, nos vamos a una de las terrazas del Serrallo, a tomar un aperitivo o una comida a base de pescado fresco. Al no ser un lugar muy turístico, la relación calidad – precio que ofrecen es excelente.
- Después de comer, salimos andando en dirección a la Rambla Nova, pasando por la calle de Eivissa, donde vemos una reserva arqueológica en la que se encuentran los restos de una vía romana secundaria que partía de Tarraco en dirección al río Francolí.
- Continuamos hasta llegar a la Rambla Nova, en la que pasearemos en dirección al mar, hasta llegar al balcón del Mediterráneo, donde la misma rambla se convierte en una terraza con unas vistas espectaculares sobre la playa, el puerto y el anfiteatro. Los locales tienen tendencia de hacer el paseo por lo largo de la rambla hasta el balcón, paseo que ellos denominan en catalán “anar a tocar ferro”, es decir, ir a tocar hierro (la barandilla del balcón).
- Des de aquí bajamos al anfiteatro romano, construido en el siglo II, el cual podemos visitar por solo 3,30 euros (2017). El anfiteatro mide 109,5 por 86,5 metros y contaba con una capacidad para 14.000 espectadores. En él se realizaban luchas de gladiadores y con fieras, y también ejecuciones públicas. Pero lo que mejor se conserva, son los restos de la planta de la basílica visigótica que construyeron en la parte central del anfiteatro a principios del siglo VI.
- Nos dirigimos a la Muralleta (muralla del siglo XIV) y la Torre de les Monges (torre octogonal de defensa construida en 1287, con una altura de 18 metros), pasando por la famosa Via Augusta.
- A pocos metros encontramos el Circo Romano, construido a finales del siglo I dC, que también se puede visitar por 3,30 euros. Aquí se realizaba el espectáculo más popular de la época romana, las cursas de carros. En el caso de querer visitar los diferentes recintos romanos, se puede comprar la entrada conjunta por 11,05 euros.
- La última parada de la ruta es el Ayuntamiento, y para llegar a él cogeremos la Rambla Vella, paralela a la Rambla Nova.