Menorca, la isla para unas vacaciones de ensueño
Menorca, en el archipiélago de las Baleares es una isla única. Se trata de un espacio paradisíaco en el que pasar unos días o unas vacaciones muy tranquilas, rompiendo el ritmo habitual de las ciudades y los grandes entornos urbanos.
La isla cuenta con numerosas calas, pequeñas y casi clandestinas, en las que solo se puede acceder andando o con vehículo. Por esta razón es muy importante gestionar bien el alquiler menorca. Dejarlo para el último momento puede acarrear sorpresas y que el apartamento o la casa soñada para unas vacaciones en un entorno totalmente idílico no esté disponible.
Y más allá de disfrutar de los paisajes, las calas maravillosas y sus aguas cristalinas, la isla de Menorca es también un lugar ideal para disfrutar de la gastronomía mediterránea. Entre los platos que uno no se puede perder si visita la isla nos encontramos con la típica y tradicional “caldereta” de langosta. Es una receta simple -eso no significa económica- que consigue conquistar los mejores paladares.
Como cada región, Menorca también tienen sus embutidos más tradicionales. Uno de los más destacadas es la sobrasada. Se trata de uno de les embutidos típicos de las Baleares pero que en cada isla tiene su particularidades. En el caso de Menorca, su principal característica es que es más magra que la elaborada en Mallorca. Además, en la misma isla de Menorca existen diferentes variedades, algunas más magras y otras más curadas. De ellas se pueden disfrutar comprandalos en las tiendas de embutidos de la isla para disfrutarlos después en el apartamento que se ha alquilado o en restaurantes especializados en cocina tradicional, con una tabla de embutidos.
Y volviendo a la cocina marinera, uno de los pescados más apreciados en la isla es la raya. Con en este pescado como ingrediente principal, en la isla se cocinan una gran variedad de platos. Se puede saborear cocinado con una buena base de patata, cebolla y tomate. Con esta base se hornea al estilo tradicional. Esto es con una cazuela de barro y cubierto con pan rallado, ajo, pimentón y perejil.
Y finalmente, otro de los clásicos de la gastronomía de la isla es el queso. En Menorca se elabora des de tiempos inmemoriales e incluso cuenta con su propia denominación de origen de queso, el queso de Mahón Menorca. Este queso se caracteriza por su gusto salado tan característico. Este sabor tan peculiar se debe a la sal marina de las hierbas con las que se alimentan las vacas de las que se obtiene la leche para elaborarlo. Luego, para su curación, el exterior del queso se unta con mantequilla y con pimentón hasta conseguir su punto óptimo de maduración. Tras esta maduración, y dado el pimentón usado para la curación, la corteza coge su característico color anaranjado.
Y para acompañar los distintos platos, lo ideal es hacerlo con un vino del territorio. Por esta razón proponemos elegir un Vi de la Terra Illa de Mallorca, un sello que se concedió en el año 2002.